Terapia de Adultos – Trastorno de Control de Impulsos
Te ayudamos a controlar el trastorno de control de impulsos
Si te falta autocontrol, si tomas decisiones impulsivamente de las que después te arrepientes, o te resulta difícil gestionar tus emociones hasta el punto de que explotas a menudo, es probable que padezcas un problema de control de impulsos.
Dado que vivimos en sociedad, no controlarte te hará daño a ti y a las personas de tu entorno. Afortunadamente, el autocontrol es una habilidad que se puede desarrollar con el tratamiento adecuado.
En la vida cotidiana, es normal que en algunas situaciones mostremos cierto grado de “impulsividad”. Cuando nos enfrentamos a un peligro, solemos responder sin pensar, lo cual se debe a que la parte emocional de nuestro cerebro toma el mando. No es algo negativo, al contrario, nos permite responder con la rapidez necesaria recurriendo a nuestro arsenal de respuestas instintivas.
Sin embargo, cuando existe un problema para controlar las emociones y el comportamiento en diferentes situaciones, podemos hacer referencia a un trastorno del control de los impulsos. Estos problemas se caracterizan por la tendencia a ejecutar acciones demasiado rápido, de forma irreflexiva y/o irracional y la incapacidad para inhibir dichas acciones una vez que se han puesto en marcha.
La persona que padece un problema de autocontrol no es capaz de resistir una tentación, impulso o deseo. También se aprecia una tendencia a la búsqueda de gratificación inmediata, a expensas de las metas a largo plazo; es decir, esa persona no piensa en las consecuencias de sus actos más allá del presente.
Trastornos asociados a los problemas de Control de Impulsos
Bajo la categoría de los problemas de autocontrol se encuentran diferentes trastornos:
- Trastorno explosivo intermitente. Se producen episodios de falta de autocontrol que se manifiestan con ataques de ira desproporcionados respecto a la provocación, berrinches y/o disputas verbales. Acto seguido, la persona se arrepiente de sus actos o se recrimina por haber perdido el control.
- Cleptomanía. Es el impulso irresistible de robar objetos, aunque no tengan valor. El robo no es premeditado, la persona simplemente ve el objeto y siente el deseo de tomarlo.
- Piromanía. Es el impulso de provocar incendios por placer.
- Ludopatía. Es una conducta de juego recurrente. La persona experimenta una urgencia incontrolable por jugar y apostar, no puede evitarlo aunque sepa que ese comportamiento le está causando daño.
- Tricotilomanía. Es el impulso de tirarse del pelo hasta arrancarlo. En algunos casos va acompañado de tricofagia.
- Onicofagia. Se trata de un hábito compulsivo que lleva a la persona a morder y comerse las uñas.
- Dermatilomanía. Es una urgencia compulsiva por rascar, excoriar o pellizcarse la piel, hasta el punto de llegar a producirse lesiones.
- Compra compulsiva. Es el impulso irresistible por comprar, aunque la persona no necesite esos productos.
- Tics nerviosos. Se trata de un movimiento compulsivo que se repite con frecuencia. Puede ser simple, como un parpadeo, o puede tratarse de movimientos más complejos que involucran diferentes grupos musculares.
- Síndrome de Tourette. Este trastorno neurológico se caracteriza por la presencia de movimientos repetitivos que escapan al control voluntario de la persona. En algunos casos también se emiten sonidos, como carraspeos o incluso palabras.
¿Qué síntomas indican la existencia de un problema de Control de Impulsos?
Si te identificas con algunas de estas situaciones, es probable que tengas un problema de autocontrol:
- Sientes una tensión interior creciente que te provoca un malestar emocional y te impulsa a poner en práctica ciertos comportamientos, aunque sabes que son dañinos.
- No logras controlar tu conducta, sigues repitiendo ese patrón a pesar de que eres consciente de que no tiene sentido o que es perjudicial para ti y/o quienes te rodean.
- Experimentas a menudo sentimientos de culpa, vergüenza y remordimientos después de haber sucumbido a tus impulsos.
- Sueles actuar de manera impulsiva, sin reflexionar sobre las consecuencias de tus decisiones, actitudes y/o comportamientos.
- Tienes la tendencia a buscar la gratificación inmediata, a sabiendas de que ese comportamiento puede ir en contra de tus planes e intereses futuros.
Tipo de Tratamiento
Un componente importante en el tratamiento del control de impulsos es el aprendizaje de técnicas de relajación y la práctica del mindfulness para ayudarte a lidiar con la ansiedad y la sensación de urgencia. Numerosos estudios han demostrado que la práctica del mindfulness mejora la capacidad de autocontrol al mejorar la función ejecutiva del cerebro.
No obstante, como los problemas del control de los impulsos suelen tener una evidente manifestación comportamental, también recurrimos a técnicas cognitivo-conductuales:
- Te enseñaremos a detectar las primeras señales de tensión, para que logres controlarlas a tiempo.
- Te mostraremos cómo tomar distancia de tus pensamientos, sensaciones y emociones, de manera que estos no controlen automáticamente tu conducta.
- Trabajaremos para modificar los pensamientos, creencias y actitudes disfuncionales que refuerzan la impulsividad.
¿Qué lograrás con nuestro tratamiento?
- Tener un mayor autocontrol y autoconfianza.
- Desarrollar un patrón de pensamiento más reflexivo, asertivo y funcional.
- Aprender a gestionar los conflictos contigo mismo y con los demás sin perder el control.
- Deshacerte del sentimiento de culpa y recuperar el control de tu vida.